Se trata de un término poco conocido que describe a niños de temperamento fuerte, intensos, muy sensibles y movidos. Niños que no tienen ninguna patología ni trastorno, pero que reúnen unas características de personalidad que a menudo complican bastante la crianza. Algunos de los rasgos que presentan estos niños son: hipersensibilidad, demanda constante de atención, exceso de actividad, problemas de sueño o de conducta entre otros. A menudo tildados de malcriados o consentidos, son niños muy intensos que por lo general son poco comprendidos por el entorno e incluso por los propios padres. Conocer por qué tú hijo se comporta así y cuales son sus necesidades reales, permitirán que vivas una crianza más consciente, con menos estrés, y más respetuosa con la personalidad de tu hijo.