Cada día tenemos que enfrentarnos a una de las actividades más importantes del ser humano: tomar decisiones. Lo primero que hacemos al abrir los ojos puede influir en el resto del día. La actitud que tomemos logrará que nuestros genes se activen, favoreciendo o perjudicando nuestra salud. Descubrir este hecho supuso un antes y un después en el mundo de la ciencia. ¿Podemos afirmar que nuestro estado de ánimo o nuestra actitud afectan a nuestros genes? ¿Cómo repercute la falta de amor en la salud? ¿Por qué el desamor nos hace enfermar? ¿Qué ocurre en nuestro cerebro si somos tratados como objetos que han de cumplir las expectativas de los demás? De estas realidades y de estos procesos, íntimamente relacionados con nuestra salud y, a medio plazo, también con nuestra felicidad, es de lo que nos hablan estas páginas.