Sin que nadie sepa muy bien por qué, ni siquiera ella misma, la llama Dana se ha levantado de muy mal humor. No quiere cepillarse el pelo, dice que la comida de la abuela está asquerosa y, cuando sale de excursión por la montaña con su papá, en seguida dice que no quiere seguir trotando porque le duelen las pezuñas. ¿Qué le pasará a la pequeña llama que está armando tanto drama?