¿Hasta dónde estarías dispuesto a llegar a cambio de conseguir lo que ansías? ¿Serías capaz de mentir, de jugarte la vida? En Vestalia, con la Gobernacía controlando todos los movimientos de los ciudadanos —y bajo la amenaza de una revolución que cada día va siendo más real—, esta opción resulta demasiado tentadora, a pesar de las consecuencias terribles que ello acarrea.