¿Sabías que el adn está lleno de «basura»? ¿O que hay mutaciones genéticas dignas de aparecer en los cómics de los X-Men? ¿Conocías el caso de la chica con adn de tres progenitores? ¿Y que si desenrolláramos todo el adn de las células del cuerpo humano cubriríamos la distancia de la Tierra a la Luna varias miles de veces? ¿Sabías que tanto los hallazgos de Mendel, como los de Darwin, suscitaron rechazo, amén de que fueron escasamente leídos en su época? ¿O que el adn de una célula humana es atacado unas diez mil veces al día? ¿Y que el 8 % de todo el adn que conforma a un ser humano está formado por restos de adn vírico? La genética tiene muy mala prensa, malísima, de hecho. Cuando a un ciudadano normal le preguntamos qué piensa sobre ella, acudirán a su mente experimentos de mad doctor al estilo La isla del doctor Moreau, o aberraciones biológicas que no deberían escapar de las páginas de los bestiarios y las pesadillas de los niños, o el pecado sumarísimo de jugar a ser dioses; y sin embargo, la genética de algún modo rige nuestras vidas, quienes somos y quienes podemos llegar a ser. Este libro saca a la luz aspectos desconocidos —asentando los ya conocidos con ejemplos sorprendentes—, orbitando alrededor de un eje central: que hay innumerables criaturas extrañas por mor de la genética, también humanas, como si los bestiarios o los cómics de superhéroes solo fueran un pálido reflejo de la febril creatividad del adn.