2100 se perfila como un escenario en el que un nuevo orden planetario desbancará a EE.UU. del primer puesto, y llevará a países como la India o a continentes como África a convertirse en las nuevas grandes potencias. Una sociedad donde la inteligencia artificial determinará nuestro día a día, los coches autónomos nos trasladarán sin piloto y los drones llevarán la compra a la azotea de nuestras casas tras visitar una tienda virtual. Es posible que asistamos a la boda de algún familiar con un androide, un implante cerebral nos diga cuál es nuestra presión arterial. Un mundo nuevo forjado a partir del desastre que vaticina el convulso tiempo en el que vivimos, pero que augura un futuro esperanzador, donde el ser humano pueda edificar de nuevo sus sueños.