Hace 30 años de la desaparición de la Isla. Con ella, sus habitantes se llevaron el suministro principal de la argamea, una nueva energía que logró que el país de Brisea fuera un ejemplo para todo el continente. Sin embargo, las reservas se están agotando y el Gobierno no solo oculta su escasez, sino los peligros que empieza a entrañar el juego de poderes y la revolución.