Jen regresa a su pequeña ciudad natal, Riddleton, con un best seller a sus espaldas y un grave caso de bloqueo creativo. Incapaz de escribir un solo capítulo de su nueva novela, Jen espera con impaciencia que le llegue la inspiración instalada en la librería local, viendo pasar a los viandantes a traves de los ventanales y charlando con su amiga Aletha, dueña de la librería y suministradora incansable de cafe.